En lo que se conoce como faja pirítica ibérica, en el suroeste de España —una de las regiones con mayor cantidad de sulfuros masivos del mundo—, siglos de actividad minera han dejado tras de sí montañas de residuos cuya verdadera magnitud había sido, hasta ahora, más una estimación aproximada que un dato comprobado. En su estudio, publicado en Waste Management Bulletin (volumen 3, número 4, diciembre de 2025), Juan Antonio Ramírez-Pérez (Departamento de Ciencias Integradas, Centro de Recursos Naturales, Salud y Medio Ambiente – RENSMA, Universidad de Huelva, España); Felipe Jesús González (Departamento de Ciencias de la Tierra, Universidad de Huelva, España); Manuel Jesús Gázquez-González (Departamento de Física Aplicada, Instituto Universitario de Investigación Marina – INMAR, Universidad de Cádiz, España); Reinaldo Sáez (Departamento de Ciencias de la Tierra, Universidad de Huelva, España) y Juan Pedro Bolívar (Departamento de Ciencias Integradas, Centro de Recursos Naturales, Salud y Medio Ambiente, Universidad de Huelva, España) se propusieron cambiar esta situación mediante el vuelo de drones sobre doce explotaciones mineras abandonadas y la conversión de miles de imágenes en modelos detallados de terreno en 3D.

El proyecto SCIMIN-CRM, financiado por la Comisión Europea y liderado por ANEFA dentro del programa Horizon, tiene precisamente como objetivo aumentar la posibilidad de utilizar materiales mineros descartados hace años y rehabilitar zonas donde, antes de la implantación de la tecnología y de las medidas actuales, tuvo lugar actividad minera.

Así, SCIMIN-CRM se centra en la caracterización, valorización, recuperación, tratamiento y utilización de acopios mineros que en su momento no fueron evaluados, con el fin de convertirlos en recursos recuperables. Gracias a este proyecto, la proporción de material aprovechable podría ampliarse de alrededor del 0% al 5%, reduciendo en un 80% el tiempo de análisis y evaluación. El planteamiento del proyecto pretende maximizar la transferibilidad de sus resultados para que puedan aplicarse en prácticamente cualquier entorno por cualquier parte interesada.

Volviendo al estudio publicado en Waste Management Bulletin, sus autores defienden que el balance es llamativo: alrededor de 23,3 millones de toneladas de residuos, equivalentes a 1,77×10⁷ m³, repartidas por los principales enclaves mineros del distrito. Pero la aportación clave no es solo cuantificar el problema, sino reinterpretarlo. Al cruzar esos datos geomáticos con análisis geoquímicos y radiológicos, los autores revelan que estos depósitos conservan reservas metálicas muy importantes. Destaca el hierro, con un total aproximado de 3,5 millones de toneladas, además de cantidades relevantes de azufre y sílice, y concentraciones significativas de zinc, plomo, cobre y arsénico. A esto se suman unas 990 toneladas de tierras raras, concentradas de forma desigual: un solo acopio reúne cerca del 40% del total, lo que abre la puerta a priorizar zonas con alto interés de recuperación.

El trabajo cobra especial interés porque conecta ciencia y gestión real del territorio. Los autores insisten en que disponer de cifras volumétricas fiables y de inventarios metálicos detallados es fundamental para decidir qué hacer con estos pasivos mineros: restaurarlos, reaprovecharlos o ambas cosas a la vez. Sus resultados apuntan a que parte de los residuos podría entrar en circuitos de economía circular, recuperando metales valiosos y reduciendo la extracción de materias primas nuevas, e incluso explorando usos como materiales de construcción. Y hay un elemento clave para la aceptación social de cualquier estrategia futura: los radionúclidos naturales medidos se sitúan en niveles similares a los de suelos no alterados, por lo que no se aprecian riesgos radiológicos relevantes.

En definitiva, los autores proponen cambiar la mirada: lo que hoy parece un problema heredado puede convertirse en una oportunidad ambiental y económica, siempre que estudios posteriores concreten la viabilidad técnica, económica y ecológica de cada posible ruta de valorización.