La Comisión Europea ha presentado la Comunicación titulada A Competitiveness Compass for the UE, con el fin de establecer la competitividad como uno de los objetivos generales de la Unión Europea. El objetivo es fomentar los puntos fuertes, aprovechar los recursos propios, eliminar las barreras a escala europea y nacional, y convertirse en el primer continente en alcanzar la neutralidad climática.

Según el documento Europa, con sus numerosas ventajas en lo económico, se enfrenta a un desafío urgente: recuperar su competitividad para asegurar su prosperidad futura. Uno de los principales problemas de Europa es su rezago en productividad en comparación con Estados Unidos y China. La raíz de esta brecha es una insuficiente capacidad de innovación: Europa no logra convertir sus ideas en tecnologías comercializables ni integrarlas en su tejido industrial.

A esto se suman otros factores que complican el panorama para las empresas europeas. Los altos costos energéticos y una excesiva carga regulatoria dificultan la competencia en un mercado global cada vez más desigual, donde otros países recurren a subsidios industriales masivos. Asimismo, la dependencia de insumos estratégicos y cadenas de suministro altamente concentradas representa un riesgo creciente para la autonomía económica del continente.

Ante este panorama, la UE necesita una respuesta firme y coordinada para evitar un estancamiento prolongado. No se trata solo de impulsar el crecimiento económico, sino de garantizar la sostenibilidad del modelo europeo. Sin una mayor productividad, el riesgo es una trayectoria de bajo crecimiento que limitará los ingresos de los trabajadores, reducirá el bienestar social y restringirá las oportunidades para todos.

El documento proporciona la hoja de ruta de la Comisión Europea para los próximos cinco años, con dos objetivos principales:

  1. Determinar los cambios políticos necesarios para avanzar, ya sea actualizando las políticas existentes o adaptándolas a las nuevas realizades.
  2. Desarrollar nuevas formas de colaboración que permitan agilizar y mejorar la calidad en la toma de decisiones, simplificar los marcos normativos y eliminar la fragmentación.

Se estructura en los tres ejes de actuación que identificó Draghi en su informe para el impulso de la competitividad: innovación, descarbonización y seguridad. El documento establece las medidas necesarias para hacer realidad cada uno de estos ejes en los próximos años:

  • Cerrar la brecha de la innovación.
  • Una hoja de ruta conjunta para la descarbonización y la competitividad.
  • Reducir las dependencias excesivas y aumentar la seguridad.

Estas se complementan con medidas horizontales facilitadoras, que son necesarios para la competitividad en todos los sectores:

  • Simplificación normativa.
  • Mercado único, eliminando barreras.
  • Financiación mediante una Unión del Ahorro y la Inversión y un presupuesto de la UE reorientado.
  • Fomento de las cualificaciones y los empleos de calidad.
  • Mejor coordinación de las políticas a escala nacional y de la UE.

Hoja de ruta conjunta para la descarbonización

En el eje específico de descarbonización y competitividad, destaca el marco regulatorio para la consecución del objetivo de neutralidad climática a 2050, incluyendo el objetivo intermedio de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en un 90% a 2040. Para ello, la Comisión propone iniciativas relacionadas con:

  • Energía asequible: con planes de acción específicos y el uso de redes.
  • Promover una economía limpia y circular, planes de acción específicos para diferentes sectores industriales, el fomento de la movilidad sostenible y la neutralidad tecnológica, y para evitar la fuga de carbono, entre otras iniciativas.
  • Aprovechar el potencial de la economía circular con iniciativas que aumentan la eficiencia en el uso de los recursos y la circularidad en el uso de materiales, contribuyendo así a la descarbonización, la competitividad y la seguridad económica.

Reducir las dependencias excesivas y aumentar la seguridad

En el eje sobre la reducción de las dependencias, propone medidas para la protección del mercado único europeo y el comercio, garantizando, por ejemplo, un suministro diversificado de materia primas. Además, en cuanto a seguridad, el cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos se señalan como riesgos para los cuales la Unión Europea debe estar preparada y se proponen diferentes medidas.